Lesson 5 - Jesus Muere en Nuestro Lugar

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Una Conspiracion Contra Jesus

Los principales jefes religiosos odiaban a Jesús porque El predicaba contra sus pecados. Estaban celosos porque las multitudes lo seguían. Jesús sanaba a los enfermos y hasta había resucitado a varios muertos. En Jesús se habían cumplido las profecías relativas al Mesías, pero aun así esos dirigentes se negaron a creer en El. Decidieron arrestarlo, acusarlo de ser un revolucionario y quitarle la vida. Sin embargo, tenían miedo de que si arrestaban a Jesús abiertamente, la muchedumbre lo defendería. Así que sobornaron a uno de sus discípulos, a Judas Iscariote, para que los guiara de noche hasta Jesús.

La Pascua

La Pascua era la celebración del día en que Dios liberó a su pueblo de la esclavitud. Cada año en la Pascua se mataba un cordero como sacrificio por el pecado. Era una prefiguración de la futura muerte de Jesús. Cuando El comenzó su ministerio, Juan el Bautista lo presentó como “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Para hacer esto, El tuvo que aceptar el castigo por nuestros pecados y morir en nuestro lugar. Cuando Jesús terminó la cena de Pascua con sus discípulos, Judas salió y fue a consumar su traición.

Jesus en Getsemani

“Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.”(Marcos 14:32-36)

Fue duro para Jesús, que nunca había hecho nada malo, tomar sobre sí, delante de Dios, la culpa por todos los pecados del mundo. Pero El quiso redimirnos del pecado. No hubo otra manera de darnos vida eterna, por lo tanto murió por nuestros pecados.

Arresto de Jesús

Mientras Jesús oraba, vinieron ángeles para confortarlo y fortalecerlo. Sus discípulos se habían quedado dormidos. Por último, los despertó para hacerles saber que el tiempo había llegado. Judas estaba conduciendo una multitud que arrestaría a Jesús.

“Y Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido contra él: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.” (Lucas 22:52-54)

Jesus Enjuiciado

Jesús compareció seis veces ante quienes lo juzgaban:

1. Ante el Sumo Sacerdote retirado.
2. Ante el Sumo Sacerdote en oficio.
3. Ante los dirigentes judíos.
4. Ante Pilato, el gobernador romano.
5. Ante Herodes, el gobernador de una provincia vecina.
6. Ante Pilato, por segunda vez.

“Muy de mañana, habiendo tenido consejo los principales sacerdotes con los ancianos, con los escribas y con todo el concilio, llevaron a Jesús atado, y le entregaron a Pilato.”. (Marcos 15:1)

“Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte a la nación, y que prohibe dar tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un rey. Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y respondiéndole él, dijo: Tú lo dices.” (Lucas 23:2-3)

“Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito. Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos? Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a éste, sino a Barrabás. Y Barrabás era ladrón.” (Juan 18:36-40)

Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale! Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aun más: ¡Crucifícale! Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado.” (Marcos 15:9-15)

Jesus Crucificado

Profecías que se han cumplido

Los enemigos de Jesús mintieron en el proceso. Los soldados le hicieron burla, lo escupieron en la cara, y lo azotaron. Lo llevaron por las calles, junto con dos criminales, cada uno cargando su cruz, hasta llegar a la colina llamada Calvario. Allí clavaron sus manos y pies a la cruz y quedó colgado, rodeado de una muchedumbre burlona. Ese era el Hijo de Dios, y esos eran los hombres por los que El estaba muriendo, pecadores que tenían que ser salvados de la muerte eterna. El podía haber hecho descender fuego del cielo y haber destruido a todos, pero en vez de eso oró: “Padre, perdónalos, no saben lo que hacen”.

Isaías había escrito que el Mesías moriría por los pecados del pueblo:

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero, y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.” (Isaías 53:5-8)

Otros profetas habían escrito que sería entregado por un amigo, que sus manos serían horadadas, que sus huesos quedarían descoyuntados. El pueblo se burlaría de El, le darían a beber vinagre, y echarían a suertes sus vestiduras. Todo esto sucedió en la crucifixión de Jesús, exactamente como los profetas lo habían dicho.

Muerte de Jesús

No todos los que vieron a Jesús morir se burlaron de El. Uno de los dos ladrones creyó en El y fue salvado de sus pecados allí mismo en la cruz al lado de Jesús.

“Y dijo a Jesús: Acuérdate de mi cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” (Lucas 23:42-43)

“Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró .” (Lucas 23:44-46)

“El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios.” (Mateo 27:54)

 

Leccion Sies